Mis sobrinos celebraron la semana pasada sus primeros carnavales y para que no quede en el olvido o como diría Andrés Segovia: para que no se pierda entre los frondosos bosques que mecían los olivos de los que me arrebataron de la cuna viva de los brazos de mi madre si bien nací a la vida en Linares, en Granada nací al arte y a la belleza y no en Villacarrillo bajo la tutela de maestros de dedos rígidos y mente aún mas rígida, aquí cuelgo unas fotos que queden como testimonio: Diego es el príncipe y Pablo el conejo.
5 comentarios:
Pues están ambos para comérselos con salsa de melocotón... :))
Un besazo.
¡Guapísimos tus sobrinos! El conejo con la zanahoria es too much! Besotes, M.
Que guapos!!! Para el próximo año a ver si te animas tu tambien y te disfrazas ;)
Un besitoo
¡Cheverazos!
¿Los mayores también se disfrazaron?
¡Un dúo inmejorable!
Besos,
Diego
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