viernes, 2 de noviembre de 2007

1 de noviembre

Ayer estuve ayudando a hacer unos buñuelos a mi madre como manda la tradición, (no de que yo ayude sino de comer buñuelos el día de los Santos) al estilo de mi abuela Amparito. Mientras daba forma a la masa, Alicia preparaba en un plato canela y azúcar con lo que luego untaría los buñuelos. El cielo era azul y el sol llegaba a todos los rincones.
Al mediodía subimos un centro al panteón de mi padre.

5 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Un abrazo, Álvaro. Un fuerte abrazo.

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

Sí, porque si no, sería la tradición más nueva del mundo.
Un abrazo, Hephonov

No.me.pises.que.llevo.chanclas. dijo...

un besazo enorme!

Noemí Pastor dijo...

Yo también cumplí con la tradición: flores, cementerio y gastronomía.

Cuchulainn dijo...

Seguro que los buñuelos estaban deliciosos... jeje
Un abrazo desde Pucela,
Fernando