Ayer estuve ayudando a hacer unos buñuelos a mi madre como manda la tradición, (no de que yo ayude sino de comer buñuelos el día de los Santos) al estilo de mi abuela Amparito. Mientras daba forma a la masa, Alicia preparaba en un plato canela y azúcar con lo que luego untaría los buñuelos. El cielo era azul y el sol llegaba a todos los rincones.
Al mediodía subimos un centro al panteón de mi padre.
5 comentarios:
Un abrazo, Álvaro. Un fuerte abrazo.
Sí, porque si no, sería la tradición más nueva del mundo.
Un abrazo, Hephonov
un besazo enorme!
Yo también cumplí con la tradición: flores, cementerio y gastronomía.
Seguro que los buñuelos estaban deliciosos... jeje
Un abrazo desde Pucela,
Fernando
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