Hace un par de días mi vieja amiga Cristina me mandó una foto del Arco del Triunfo de París, donde entre otros lugares aparece Medina de Rioseco, mi pueblo. En 1808, comenzó la batalla del Moclín, que se produjo por la guerra de independencia contra las tropas napoleónicas, que nos invadieron como a novatos, donde destrozaron además de a nuestro ejército, al pueblo, convirtiendo en cocina la capilla de los Benavente, violando a las mujeres... El año que viene se celebrará el 200 aniversario por lo que además de la tradicional recreación de la batalla habrá otros actos de importancia que de momento desconozco.
Las guerras sólo sirven para crear un odio visceral, odio que se convierte en endémico del lugar donde se produce hacia los oponentes, como aquí nos ocurre con los gabachos. Esa es su principal virtud.
8 comentarios:
¡¡Aúpa los riosecanos!!
Tenemos que ganar esta vez, ¿no?
Besos,
Diego
La verdad es que ya nos toca chamaco.
No había escuchado su nombre hasta el pasado domingo, pero me ha impresionado la muerte del futbolista Antonio Puerta.
Descanse en paz.
Hola Alvarito. Me alegra que hayas puesto la foto que te mandé de París en el blog. Yo he cumplido poniéndote un comentario..pero aún falta que cumplas tú enviándome la foto como prometiste.
Te está quedando muy chulo el blog, y me gustan mucho los artículos que pones porque son de actualidad, nos hacen pensar y reflexionar sobres cosas importantes en la vida. Los seguiré leyendo en la medida que los vayas escribiéndo. Un beso.
Me alegro que lo leas Cristi, cumpliré mi promesa.
Un beso.
La verdad es que los franceses no se privaron de batallas y peleas.
Tambien me sorprendio ver en el Arco del Triunfo el nombre de Gamonal, populoso barrio de la ciudad de Burgos, donde se desarrollo una importante batalla en la guerra de la independencia.
¿ Si lo llaman el Arco del Triunfo por que incluyen peleas y battalas que perdieron ????
Sera por esas cosas del chauvinismo.....
¿ No nos vendria bien un poco de esa medicina en España?
Su presidente refleja a la perfección esa chulería que gastan los franceses.
Un abrazo.
Álvaro
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