Mi primo Israel pinta desde hace algún tiempo. Esta tarde me ha regalado un cuadro que ha hecho para mí (con el que aparece en la foto).
Hablando con él, he recordado aquellos días de juegos en la calle de la abuela: el golpe con la furgoneta nueva de mi tío, los partidos de fútbol, las tardes sentados en su coche o en la furgoneta de mi padre, hablando, igual que hoy....
Mientras caminábamos hacia mi casa, he sentido cómo íbamos dejando esa infancia, ya perdida, en algún lugar de la calle de la abuela.
1 comentario:
jejeje, muy guapo si señor.
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