He vuelto al leer Tierras altas, del poeta soriano Fermín Herrero. El libro se extiende, a modo de anuario, sobre el devenir de los campos sorianos; retratando a su paso la dureza y la soledad que conformaban el oficio del agricultor antiguo, ya casi inexistente.
Su poemas recuerdan a los de Julio Llamazares, no sólo por el retrato de los campos sino por la hondura y densidad de sus versos.
Aquí transcribo el poema " Abril":
En la quietud extrema
de la tarde he sido. Lo demás
es anecdota, hojas que, cada año,
se repiten.
2 comentarios:
Me ha encantado el poema. La belleza sólo está en el hombre que lo percibe, no en el objeto. El vídeo es espeluznante.
Un abrazo
Rober
El v�deo es espectacular y demuestra que los animales son mucho m�s que instinto.
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